jueves, 16 de septiembre de 2010

Para qué?



En toda mi formación hasta ahora me enseñaron a no utilizar la pregunta “por qué?”, tan común en realidad entre todos nosotros. Después de bastante lectura y tanta insistencia, la razón de esto tiene demasiado sentido.

Preguntar “por qué?” apunta a un pasado, a un pasado que busca explicar y entender las secuencias de hechos que nos llevaron a donde estamos hoy. Tradicionalmente entender el “por qué?” de las cosas nos da una ilusión de poder resolver lo que nos pasa.

La falsa premisa supone que “entendimiento es igual a solución”, cuando en el mejor de los casos el entendimiento nos podría llevar a una aceptación.

Hay situaciones en las cuales aceptar algo que nos pasa supone el mejor resultado posible, pero existen otros, en los cuales, una solución real es factible. Es aquí donde surge la verdadera pregunta que tenemos que hacernos: “para que?”

Cuando pasamos por un momento malo, siempre victimizados, nos hacemos la pregunta “por qué?”, la que nos lleva a buscar e indagar sobre todos nuestros pasos y encontrar alguna respuesta tranquilizadora.

La realidad es que tal vez nunca encontremos esa respuesta, y si la encontramos, nunca seria suficiente. Ya dependerá de nuestra personalidad si es que tenemos la capacidad de entender y aceptar nuestro presente y tomar eso como una “solución”

Pero todo cambia cuando nos preguntamos “para que?”. Es completamente otra mirada. En vez de ponernos a pensar en todo lo que pasó, esta pregunta nos lleva a mirar hacia el futuro. Nos lleva a buscar otras razones. Nos lleva a buscar enseñanzas, estrategias para evitar problemas similares, nos lleva muchas veces a resignificar todo lo que va a llegar a nuestras vidas.

Preguntarse “para qué?”nos da una opción, el pasado nos da dogmas; el “para qué?” es más positivo ya que el futuro todavía no está escrito, y dependiendo del uso que le demos al presente, nuestro futuro puede ser mejor.

El “para qué?” nos regala soluciones y no solo explicaciones. Nos da una oportunidad de hacer todo mejor. Pensar en un “para qué?” nos proyecta hacia el único lugar que debemos y podemos ir, el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario